El arte del dibujo, lejos de ser simplemente un pasatiempo, es una habilidad que va…
Meditación y creación artística
MENTE Y ARTE
Presentamos una entrevista que realizada a la artista de la caligrafía Nadja Van Ghelue.
Nos pareció muy particular su visión sobre la meditación y su aplicación en el trabajo artístico.
A continuación, la traducción del original en inglés.
Nadja Van Ghelue enfatiza la importancia de la práctica regular de la medicación en el arte de la caligrafía japonesa y en la pintura sumi 1.
Las declaraciones siguientes fueron hechas a la diseñadora y profesora Sheila Schumacher del Transart Institut MFA para su plan de estudio e investigación de la primavera 2006.
S.S. ¿Te consideras como una artista que tiene un fuerte sentido del espíritu y/o de la fe, o un ser espiritual que produce arte desde y por esa espiritualidad? (En términos más simples, ¿qué es lo que vino primero: tu obra o tu espiritualidad?)
N.V.G. Mi obra vino primero.
Cuando empecé a expresarme a través de la caligrafía, usaba sobre todo la pluma de caligrafía occidental y a veces el bambú árabe.
Creé escrituras espontáneas, que no estaban unidas por ningún tipo de composición o reglas preliminares. Tomaba la pluma y empezaba a escribir, creando mi propio mundo a través de un infinito juego de líneas, formas y ritmos. Nuevas emociones y el descubrimiento de mundos desconocidos en mi vida me impulsaron a una comunicación fuerte dentro mío, que se expresó naturalmente en una escritura libre. Como un niño que toma un lápiz y se expresa de una manera muy inocente.
A esa altura todo tipo de escritos me inspiraba, mientras esa inspiración fluía no necesité ningún método.
Después de algún tiempo comencé a tener dificultades en el proceso creativo. Quería crear trabajos más grandes y me estanqué. No podía mantener el mismo grado de concentración a lo largo del trabajo, interfería demasiado a menudo, y perdí el espíritu unitario. La creación se volvió fragmentada y en alguna forma insalubre y forzada.
Entonces empecé a practicar caligrafía Zen como se hacía en el dojo2 del último maestro Zen Omori Sogen. Me permitió re-experimentar el arte directamente, ser un todo cuando creo y mi ser artístico se abrió a una dimensión espiritual del arte.
Estudié y practiqué el método y las técnicas del shodo3 y me volví más consciente del significado profundo de la herencia caligráfica. En su libro, El Arte Chino de la Escritura, François Billeter observa que a pesar de que muchos artistas en Occidente han alcanzado los niveles más altos de expresión inmediata, han fallado en pasar esta experiencia a otras generaciones. Ningún método es enseñado en el arte occidental para educar y conseguir un genuino estado de mente creativo. Descubrí que esto no era así en Oriente. Los calígrafos y pintores orientales muestran un camino directo al cultivo de un estado de mente creativo. Toda su filosofía integra la vida, la espiritualidad y el arte; y el arte se convierte en una manera de vivir.
S.S. ¿Tú meditas? Y si lo haces, ¿cómo meditas específicamente?
N.V.G. Medito regularmente, todos los días si es posible.
Hago una meditación formal sentada, shamatha4 y vipassana5.
A través de los años, he practicado diversas técnicas de meditación para hacer a mi mente estable y enfocada, algunas de ellas son con objetos externos, y otras con objetos internos, o con técnicas de respiración. Pero mi meditación básica para calmar la mente es enfocarme en la respiración.
A través de estas meditaciones, experimento más claridad y expansión de mi mente, lo que resulta en una conciencia y receptividad más altas, herramientas indispensables para un buen artista.
La meditación informal es una práctica de la caligrafía japonesa en sí misma, y también la meditación caminando en la naturaleza.
El Shodo en sí mismo, cuando se hace correctamente, es una manera maravillosa de meditación en acción, la mente se vuelve clara y calma.
La meditación caminando en la naturaleza es vital para mi sanidad artística y espiritual.
Para imbuir a mi obra con vida, necesito a la Madre Tierra, la fuente de vida. Las montañas y ríos son mis maestros exteriores.
S.S. ¿La meditación juega un rol activo en la producción de tus piezas de arte?¿Cómo aprendiste a integrarlos a ambos?
N.V.G. Mi trabajo artístico está basado en la práctica de la meditación. Si no medito, mi expresión artística se vuelve débil.
Los standards de calidad que me pongo para mi arte, siguen la tradición artística espiritual del Zen y el Taoísmo. La cualidad principal de la caligrafía y la pintura japonesa es la vida interior de la pincelada, la expresión de nuestro verdadero ser siendo él mismo. La tremenda fuerza, la libertad y la belleza de una pincelada, como se ve en las obras de los maestros, es el resultado de esta exploración continua en nuestra gran mente, nuestro ser universal. A través de la meditación puedo acceder a este ser escondido y mi experiencia meditativa fluye naturalmente hacia mi obra.
La integración de la meditación y el arte es gradual. Es un proceso natural, si lo practicas continuamente. Primero están separados porque no conoces de qué se trata todo.
Con la caligrafía y pintura japonesa, primero aprendí a manejar la técnica a fondo. Luego, a través de de la práctica, gané una mayor percepción de los sutiles aspectos de la integración del cuerpo y la mente en el proceso creativo, y empecé a entender el efecto de la meditación en mi mente y en mi arte. Cuando todas estas experiencias se hacen parte integral de mi ser, naturalmente fluyen juntas. La vida, la meditación y el arte no están ya separados.
S.S. ¿Piensas que podrías producir el mismo arte sin la práctica de la meditación? ¿Por qué?
N.V.G. Mi arte no podría ser el mismo sin la meditación.
A mi trabajo de pincel le faltaría vida, fuerza, luminosidad y claridad, para mencionar sólo algunas de las cualidades de una buena caligrafía y pintura japonesa.
En el arte occidental, la línea es una de sus muchas herramientas, mayormente usada como preparación para la pintura. No tiene características especiales. Pero en Oriente, una pincelada tiene un montón de cualidades, que no entran en el concepto occidental de arte. Una de las pinturas ensou6 del maestro zen Hakuin, por ejemplo, encarna al amor y a la compasión sin límites , o la pincelada del calígrafo japonés Yamaoka Tesshu, es la vida misma, sin límites y vibrante. Estas obras de arte son más que formas externas, expresan valores universales.
Mi alma artística busca estas cualidades universales y eternas en el arte.
Sin la meditación, no podría ser consciente de ellas y no podrían fluir hacia mi obra.
S.S. ¿Cómo funciona el concepto de juicio en tu proceso artístico? ¿ Juzgas la cualidad o el éxito de tus obras, y si es así, con qué medidas?
N.V.G. La verdadera naturaleza de la caligrafía y la pintura japonesa, no permite ninguna corrección durante la creación misma, el arte es llevado a cabo dentro de un marco mental de no-juicio.
Pero el juicio juega siempre un rol importante durante el tiempo preparatorio de una obra.
Para expresarme espontáneamente en un acto, tengo que afinarme correctamente y tengo que juzgar si se cumplen todas las condiciones necesarias para producir un trabajo. Tengo que medir el grado de mi habilidad técnica, la interiorización de la caligrafía o de la pintura en mi propio estado de mente. Sólo cuando esto está correcto, puedo producir una obra.
Uso dos standards para juzgar mi obra final.
El primero es técnico, el segundo es espiritual-artístico.
Algunas de las medidas técnicas son:
la calidad de los 4 tesoros (tinta, papel, pincel, piedra)
la manipulación del pincel
la composición de los caracteres o de la pintura
la distribución espacial de la obra en el papel
el balance de forma y vacío
El standard espiritual-artístico incluye:
la fuerza vital o ki en la pincelada
la claridad y luminosidad del sumi
la calidad interna de la pincelada: fuerza, calidez, amor, libertad…
la expresión total de la obra, su expansión y profundidad
la calidad de makoto7
la comunicación con el espectador
S.S. ¿Qué sientes que mejora tu trabajo?
N.V.G. Mirar y estudiar el trabajo artístico de los maestros genuinos, leer sus historias de vida, su filosofía y su visión artística me guían y me ayudan a mejorar mi trabajo.
La práctica continua es en general la manera de mejorar mi obra y mi visión.
Mi educación artística es más bien un proceso de dejarme ir de los conceptos preestablecidos del arte y esforzarme hacia el makoto, la genuinidad, sinceridad y lealtad a la naturaleza y a mí misma.
Makoto se usa frecuentemente para describir la cualidad del poeta haiku Bashou. Digamos que es la expresión más profunda de la voz interior, la escritura del corazón. Estas cualidades sólo se pueden mejorar con el tiempo, como una fruta que madura. En este estado virgen de la creación, te olvidas de la técnica, de tí mismo y del arte, y esto es ciertamente, la tarea más difícil de conseguir.
1 Sumi, Sumi-e o Suiboku: es una técnica de dibujo monocromático en tinta de la escuela de pintura japonesa. Se desarrolló en China durante la dinastía Tang y se implantó como estilo durante la dinastía Song . Fue introducida en el Japón a mediados del siglo XIV por monjes budistas zen.
2 Dojo: lugar de meditación y práctica del Budismo zen, y de las artes marciales tradicionales del Japón.
3 Shodo:”el camino de la escritura”, es la caligrafía japonesa.
4 Shamatha: Es uno de los dos grupos en que se dividen las meditaciones budistas. A las prácticas que generan tranquilidad, atención y concentración, se les denomina shamata.
5 Vipassana : Es el otro grupo de las meditaciones budistas. A las prácticas que llevan a la percatación, visión clara, o el darse cuenta, se les llama vipasana.
6 Ensou, Ensō : es una palabra japonesa que significa círculo y que está fuertemente relacionada con el zen. Se trata de uno de los temas más típicos de la caligrafía japonesa, a pesar de que el círculo es un símbolo y no un caracter. Simboliza la iluminación, la fuerza, la elegancia, el universo y el vacío ( mu), así como la propia estética japonesa. Como expresión del momento, se suele considerar una forma de minimalismo.
7 Makoto: honestidad, sinceridad absoluta.